Las rancherías comienzan a aparecer en
El cabo de la vela para albergar a los muchos turistas que llegan al lugar atraídos por unas playas de belleza incomparable y por los sitios el
Faro y el
cerro Pilón de Azúcar, que para la tribu de los Wayúu tienen una connotación mitológica, ya que creen que después de muertos, éstos se constituyen en las antesalas por donde pasan sus almas.